Siguen aumentando los casos de desapariciones forzadas bajo el actual régimen de Marcos Jr., afirmaron grupos de derechos humanos el viernes 30 de agosto, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
Desde que Marcos asumió el cargo en 2022, al menos 14 personas han desaparecido tras haber sido secuestradas, lo que convierte a la desaparición forzada en un «fenómeno en rápido crecimiento», señaló el grupo de derechos humanos Karapatan.
La mayoría de los secuestros tuvieron lugar en «regiones fuertemente militarizadas», incluidos lugares cubiertos por la controvertida Orden de Memorando n.º 32 emitida bajo el mandato del ex presidente Rodrigo Duterte, según Unyon ng mga Manggagawa sa Agrikultura, grupo que defiende los derechos de los agricultores y los trabajadores agrícolas.
Las personas cuya desaparición forzada se ha denunciado en los últimos meses son las siguientes:
- James Jazmines, hermano de Alan Jazmines, asesor del Frente Democrático Nacional de Filipinas, visto por última vez en Albay el 23 de agosto.
- Rowena Dasig, defensora del medio ambiente, que fue vista por última vez tras ser puesta en libertad a las puertas de la cárcel de distrito de Lucena el 21 de agosto.
- William Lariosa, organizador sindical, visto por última vez en Quezón antes de ser detenido el 21 de abril.
- Más recientemente, dos activistas juveniles, Andy Magno y Vladimir Maro, fueron secuestrados por presuntas fuerzas estatales en San Pablo, Isabela, en la región del valle del Cagayán, el 11 de septiembre de 2024.
Magno y Maro son activistas juveniles convertidos en organizadores campesinos. Magno es licenciada en Estudios del Desarrollo por la Universidad de Filipinas en Manila, ex presidenta de la organización medioambiental juvenil Minggan University of the Philippines Manila y ex coordinadora de Kabataan Partylist - Cagayan Valley. Maro defiende los derechos de los trabajadores migrantes.
Condenando la negativa del gobierno a cooperar en la reaparición de los desaparecidos, Karapatan también subrayó que las desapariciones forzadas han sido «empleadas desde hace mucho tiempo por los regímenes tiránicos como estrategia para sembrar el terror en una sociedad». «Las familias, los sistemas de apoyo y las comunidades de las víctimas sufren a menudo acoso y otras penurias en el curso de la búsqueda de sus seres queridos», afirmó el grupo.