EDITORIAL. Año 4, Numero 8. 1 de agosto 2022.

Con la declaración final de su primer Discurso Sobre el Estado de la Nación, "Lo sé en mi mente, lo sé en mi corazón, lo sé en mi propia alma: El estado de la nación es sólido", Ferdinand Marcos Jr. revela su absoluta falta de comprensión de la realidad filipina actual. El estado de la nación no tiene nada de sano.

Marcos Jr. oculta el hecho de que el país está en profunda crisis. Incluso las diluidas estadísticas oficiales muestran que 26,14 millones de filipinos viven en la pobreza absoluta, mientras que 10,19 millones más se encuentran en un nivel de subsistencia. Los últimos datos disponibles muestran que Filipinas tiene las peores tasas de desempleo e inflación entre los países del sudeste asiático.

Bajo el mandato de Duterte, la deuda pública se disparó de 5,7 billones de pesos filipinos (US$103.000 millones) en 2016 a 12,7 billones de pesos filipinos (US$229.500 millones) en el primer trimestre de 2022. Marcos Jr. omite deliberadamente mencionar la continua campaña de terrorismo de Estado y las graves violaciones de los derechos humanos desatadas por el tirano Duterte, la omnipresente corrupción burocrática y el exceso de gasto militar.

Marcos Jr. ignora el desorden dejado por Duterte y, en cambio, lo elogia generosamente. Al fin y al cabo, él es quien más le debe a Duterte la trampa electoral automatizada que le ha permitido usurpar la autoridad de presidente.

A pesar de la gran importancia que Marcos, hijo, concede a la recaudación de impuestos, guarda silencio sobre las obligaciones fiscales de su familia, que ascienden a 203.000 millones de pesos filipinos (3.670 millones de dólares). Se está trabajando en la anulación de sus obligaciones fiscales.

Marcos Jr. declara su deseo de dar un salto a la "Cuarta Revolución Industrial". No comprende que para desarrollarse industrialmente, Filipinas no puede saltarse una auténtica reforma agraria, la modernización de la agricultura y la industrialización nacional. La conectividad a Internet no puede sustituir por sí sola el desarrollo previo de la producción de máquinas herramienta, metales básicos y productos químicos. En lugar de centrarse en la generación de puestos de trabajo decentes en el país, Marcos planea potenciar la misma "política de exportación de mano de obra" en quiebra que promovió su padre.

Profesando ser un nacionalista, Marcos Jr. declara que "no presidirá ningún proceso que abandone ni un centímetro cuadrado de territorio de la República de Filipinas a ninguna potencia extranjera". Sin embargo, evita denunciar a China por invadir la ZEE del país y hacerse con el control de bajíos y arrecifes para utilizarlos como bases militares, ¡violando la CNUDM y la sentencia definitiva del Tribunal Permanente de Arbitraje de 2016! Tampoco menciona los derechos extraterritoriales concedidos a las tropas estadounidenses en virtud del Acuerdo de Fuerzas Visitantes y el Acuerdo de Apoyo Logístico Mutuo.

En este contexto, el pueblo filipino está plenamente justificado para continuar con mayor determinación y militancia la nueva revolución democrática a través de la guerra popular prolongada.