Mientras la economía mundial se prepara para los efectos de la renovada presión arancelaria del expresidente estadounidense Donald Trump, el grupo nacionalista filipino Bagong Alyansang Makabayan (BAYAN) lanzó una dura advertencia contra las posibles negociaciones de arancel cero con Estados Unidos.
Renato Reyes, secretario general de BAYAN, advirtió que la economía débil y dependiente de Filipinas -caracterizada por la falta de industrialización nacional y el continuo declive de la agricultura- sería devastada por cualquier movimiento hacia un régimen arancelario de «cero por cero».
«La economía nacional filipina sería la más vulnerable», declaró Reyes, señalando el fracaso del gobierno de Marcos a la hora de llevar a cabo una auténtica reforma agraria y un desarrollo industrial. «Nuestra economía atrasada, agrícola y semifeudal saldría perdiendo con la afluencia de bienes importados».
Países como la Unión Europea, Vietnam, Israel, Taiwán y Zimbabue han mostrado su disposición a reducir los aranceles en acuerdos mutuos con EE.UU. Sin embargo, Reyes afirmó que Filipinas debería evitar verse presionada para llegar a acuerdos similares, argumentando que esto sólo aumentaría la dependencia del país de las importaciones y perjudicaría a las industrias locales y a los productores de alimentos.
Durante décadas, Filipinas se ha basado en una economía dependiente de las importaciones y orientada a la exportación, impulsada por las remesas de los trabajadores filipinos en el extranjero y los ingresos procedentes del exterior. Reyes tachó este modelo de insostenible, citando el estancamiento del desarrollo del país bajo políticas comerciales neoliberales como las impulsadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
«El libre comercio es un mito», afirmó Reyes. «Muchos países industrializados están volviendo al proteccionismo económico. Sin embargo, el régimen de Marcos sigue persiguiendo la aprobación extranjera en lugar de proteger a nuestros productores nacionales.»
BAYAN también criticó los actuales esfuerzos por enmendar la Constitución filipina para permitir una mayor propiedad extranjera, calificando tales medidas de «mentalidad colonial» y de traición a la soberanía nacional.
«Llevamos 30 años de promesas de liberalización, pero aún estamos lejos de la industrialización», añadió Reyes.
BAYAN pidió un cambio decisivo hacia la industrialización nacional, la reforma agraria y la autosuficiencia económica, rechazando lo que considera un servilismo ciego a las potencias extranjeras.
«Marcos no debe vender Filipinas sólo para complacer a Trump y obtener el apoyo de Estados Unidos... Debemos trazar nuestro propio camino económico, basado en las necesidades y los intereses del pueblo filipino», concluyó Reyes.