Nacida de problemas sociales fundamentales, la guerra popular prolongada en Filipinas continúa, según un estudio publicado en julio de 2023 por ACLED (Armed Conflict Location & Event Data Project), organización estadounidense sin ánimo de lucro que supervisa los conflictos en todo el mundo.
Titulado "La insurgencia comunista en Filipinas, una 'guerra popular prolongada' continúa", el estudio señala que "...el fuerte carácter ideológico de la insurgencia parece garantizar un amplio suministro no sólo de combatientes ocasionales, sino de revolucionarios comprometidos a perseguir su visión de la sociedad filipina a largo plazo...".
En abril de este año, el Partido Comunista de Filipinas (CPP) admitió una "gran pérdida" tras perder a sus principales dirigentes, Benito y Wilma Tiamzon, así como al presidente fundador y asesor político jefe del Frente Nacional Democrático de Filipinas (NDFP), José María Sison. No obstante, el CPP reiteró que "el Comité Central y otros órganos dirigentes del Partido se reconstituyeron y revitalizaron rápidamente".
Según las conclusiones del estudio del ACLED, la guerra de guerrillas continuada del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) parece ser el resultado no sólo del propio diseño de la revolución como guerra popular prolongada, sino también de la persistencia de las condiciones que crean comunidades rurales empobrecidas que abrazan el mensaje de cambio revolucionario del CPP-NPA-NDF.
Los datos del ACLED muestran que el NPA es más activo en la provincia de Negros Occidental, en Visayas Occidental, y en la provincia de Bukidnon, en Mindanao Septentrional, ambas conocidas por sus disturbios agrarios. En 2019, Visayas Occidental tenía el mayor número de personas empleadas en la agricultura en el país con 873,000, mientras que Mindanao del Norte ocupaba el tercer lugar con 776,000 personas empleadas en la agricultura. Estos problemas socioeconómicos profundamente arraigados en Visayas Occidental y Mindanao Septentrional siguen persistiendo en un contexto de pobreza generalizada entre los trabajadores agrícolas.
A pesar de los mayores niveles de lucha entre el NPA y las fuerzas estatales en Visayas Occidental y Mindanao Septentrional, los enfrentamientos entre ambos bandos se observaron en prácticamente todo el país desde el inicio del régimen de Duterte y hasta el gobierno de Marcos Jr.
Según el estudio, esta tendencia implica la presencia de unidades guerrilleras del NPA en todas las regiones, lo que refleja la prevalencia de los problemas agrarios en todo el país y la pobreza generalizada de los trabajadores agrícolas. En ocasiones, los combates se han extendido incluso a las ciudades, y en dos de las 33 ciudades clasificadas como altamente urbanizadas - Davao y Butuan en Mindanao - se ha registrado una considerable actividad del NPA. Los datos desmienten las declaraciones de los soldados del gobierno reaccionario, que afirman que al NPA sólo le queda un frente guerrillero activo.
La guerra popular librada por el CPP-NPA-NDF sigue siendo la revolución armada más longeva del mundo, y no cesa de desafiar los pronunciamientos militares sobre su derrota, como ha ocurrido varias veces en el pasado.